Lo que dije en el Senado

Quisiera compartir con todos Uds. lo que compartí en el Senado el año pasado (2010), mientras se debatía el matrimonio homosexual en la Argentina:

"Soy Mauricio Montión, tengo 36 años, y dirijo la Agrupación Aguas Vivas.
Voy a basar mi ponencia en mi propia experiencia de vida; no soy
psicólogo, ni jurista, ni teólogo, aunque amo a Dios; he leído y leo psicología.
No tengo título universitario ni estadísticas para sorprenderlos, sólo vengo aquí
con mi experiencia personal y mi experiencia de 10 años de haber
acompañado a personas en Aguas Vivas.
Quiero expresar mi profundo respeto a Horacio y a las personas
homosexuales porque yo mismo fui homosexual, pero ya  no lo soy. Así que
vengo a ustedes no como erudito en el tema sino como alguien que fue
homosexual y sabe lo que se siente.
Viví cinco años inmerso en el estilo de vida de la comunidad
homosexual, también vengo a ustedes como ciudadano que ha ayudado a
otras personas que, como yo, decidimos por convicción personal dejar atrás
este estilo de vida.
En noviembre del ’95, en medio de una depresión muy profunda,
causada por uno de los tantos desengaños amorosos homosexuales, decidí
dejar atrás este estilo de vida.
Como homosexual, he experimentado muchísimo dolor, angustia,
frustración y desesperación, esta es una realidad que a diario vivía yo, una
realidad que viven muchos homosexuales, que los medios nos muestran
muchas veces y los activistas sexuales prefieren ocultar.
¿Estar en matrimonio con otro hombre, si me hubiera casado, podría
haber ayudado a mitigar ese dolor y sufrimiento que había experimentado
como homosexual? Creo que no.
Ninguna de las decenas de relaciones homosexuales amorosas que tuve
llegaron a término; amantes iban y venían, algunas relaciones duraron varios
meses, algunas llenas de pasión y de promesas de estar siempre juntos. Pero
siempre terminaban, por lo general, abruptamente, cuando alguno de los dos
conocíamos a otro chico que nos “moviera el piso”. Sin embargo, la infidelidad
e inestabilidad de pareja eran galopantes, pero de esto no se habla ni se
escucha. La falta de compromiso, la vulnerabilidad de las relaciones
sostenidas, casi siempre, por las emociones y pasiones, eran insostenibles.

¿Cómo podía ser? ¿Por qué no funcionaban las relaciones
homosexuales para mí? Llegué a descubrir que algo no andaba bien, muy
dentro de mí comencé a pensar y sentir que la homosexualidad no era todo lo
que tenía en mi vida, que la vida tenía mucho más de lo que había
experimentado en esos cinco largos y dolorosos años como homosexual.
Incluso luego de la actividad orgásmica, que era tan placentera, tenía
sentimientos de frustración, insatisfacción, vergüenza, indignidad y repudio
propio.
¿Tendría que vivir para siempre con esto?
Toqué fondo en el ’95, como dije, y en mi desesperación, en mi
desesperanza clamé a Dios para que me sacara de donde me encontraba.
Estaba cansado de lo mismo, así que tomé la determinación de dejar esto
atrás, pero ¿cómo?, ¿cómo podía ser?, ¿acaso no había nacido homosexual?
Eso es lo que me habían dicho en la comunidad homosexual y lo que yo había
llegado a creer: que uno nace y muere gay.
Además, mis sentimientos homosexuales eran de tan larga data que
llegué a pensar que mi destino y propósito en la vida iban a ser estos: vivir y

morir como homosexual.
Pero descubrí que no hay estadísticas y estudios que certifiquen
certeramente que una persona nace homosexual. Ese día nació una luz y
comencé a buscar respuesta a este conflicto tan profundo de identidad sexual.
Gracias a la provisión de Dios que puso a una psicóloga en mi camino,
Cathy Able, por primera vez, me dijo: hay una salida a la homosexualidad, lo
que has vivido hasta ahora no es todo en la vida. Dios tiene algo más para vos.
Por primera vez, luego de muchos años, tuve ganas de vivir
nuevamente. Ella había conseguido este material de Aguas Vivas, que en ese
tiempo estaba en inglés, que ayuda a personas a encontrar una salida al estilo
de vida homosexual.
Empecé a leer y a enterarme de testimonios de personas que habían
dejado este estilo atrás. Me costó creerlo, pero fue posible; luego de cuatro
años de terapia intensa de apoyo, sobre todo con la intervención de Dios y de
mis seres queridos, la homosexualidad dejó de ser realidad en mi vida.
Descubrí algo mucho más impresionante y prometedor; vivir una vida
como varón heterosexual;  hacer las pases con mi género biológico, sentirme
heterosexual y descubrir sentimientos heterosexuales.
Fue tan grande esta libertad que comencé a experimentar que empecé a
ayudar a otras personas a las que la homosexualidad también representaba
algo indeseado.
Seis años después de haber salido de la homosexualidad conocí a
Daniela, quien primero fue mi novia y luego mi esposa. A través de un intenso
proceso descubrí a quien yo había llegado a ser. No fue fácil, pero sí muy
gratificante. Puedo decir que ninguna de las relaciones homosexuales se
asemeja a la relación matrimonial heterosexual que vivo en este momento. He
estado en ambos bandos y puedo hablar de la diferencia. En las relaciones
homosexuales nunca existió el compromiso. En cambio, mi relación con mi
esposa está basada en el compromiso. A diferencia de mis relaciones
homosexuales, ahora yo busco satisfacer a la otra  persona por sobre mis
pasiones. Mi relación con mi esposa no está basada ni en el egoísmo, ni en el

narcisismo.
Hace cuatro años y medio sucedió algo que nunca antes hubiera podido
suceder: tuve un hijo con mi esposa. Sólo en el contexto de un hombre con una
mujer se puede traer vida y podemos proveer a nuestro hijo de lo que él
necesita. Estoy convencido de que nunca yo y otro hombre unidos en
matrimonio podríamos haber cubierto las necesidades de un hijo, como lo
hacemos mi esposa y yo.
Por lo expuesto, quiero expresar nuevamente mi respeto y mi
comprensión a las personas homosexuales, pero quiero manifestar
vehementemente que, de acuerdo con mi experiencia como ex homosexual,
estoy en contra de la ley de matrimonio homosexual, de personas del mismo
género, con opción a adopción de niños."

Comentarios

  1. wow! me encantaria conocer a esa psicologa!, los felicito por tan valiente testimonio

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  2. PARA DIOS NO HAY NADA IMPOSIBLE...SI QUE ERES UN VALIENTE, DICE EL SEÑOR DE SEÑORES QUE SOLO LOS VALIENTES ARREBATARAN EL REINO DE LOS CIELOS....TE FELICITO .PASASTE DE MUERTE A VIDA...Y VIDA EN ABUNDANCIA Y TE UNISTE A UNA MUJER COMO LO MANDA NUESTRO DIOS Y LO MAS HERMOSO TE MULTIPLICASTE,PROCREASTE UN NUEVO SER...ERES UN REAL TESTIMONIO DE VIDA.EN CRISTO TODO ES POSIBLE.

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  3. bravo Mauri, yo te vi por la tele...!!!

    ResponderEliminar
  4. La valentía no es lo más importante de tu testimonio querido Mauricio sino la Verdad que está plasmada alli soy testigo de que has cambiado y que ahora reflejas a un hombre sano y feliz de tu masculinidad. Seguimos adelante en esta lucha por declarar lo que es Verdadero.
    Keren

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