LA SEXUALIDAD Y LA IMAGEN DE DIOS

Lo primero que hay que señalar acerca el deseo sexual es que Dios inspiró ese anhelo en nosotros cuando nos llamó a ser humanos, a ostentar Su imagen como hombres y mujeres. En efecto, el deseo sexual surge a partir de la complementariedad de género. ¿Qué revela mejor la diferencia entre los sexos que el deseo del hombre de entrar en el cuerpo de la mujer y el deseo de la mujer de recibirlo? En Génesis 2 vislumbramos ese deseo por la unión. Dios sacó una de las costillas de Adán y de allí formó la mujer. Ahora ambos poseen un aspecto del otro; cada uno era íntegro y sin embargo anhelaba la comunión con la parte faltante. Por eso es que Adán dijo de su esposa: Esta sí es hueso de mis huesos y carne de mi carne. Esta será llamada “Varona”, porque del varón ha sido tomada. (versículo 23) El anhelo de ellos dos por su estado original de unión destilaba la esencia del deseo sexual. Era un don de Dios, ya que surgía de Su intención creadora para la humanidad. Por consiguiente, en el paraíso ...